Küppers
Cuando el año apura sus días, en el Real Casino Antiguo se suceden los acontecimientos importantes como entidad. El primero de ellos es la tradición de homenajear a quienes han mostrado su fidelidad a esta institución y han formado parte como socios durante los últimos cincuenta años. A ellos, se les impone la insignia de oro y brillantes. En este ingrato 2020, los socios Joaquín Dols y José Alemany, fueron los protagonistas de este acto que se vio menguado en público por la COVID, pero no por ello tuvo menos emotividad. Sobre todo, cuando Alemany nos recordó aquel 1969 en el ambos se asociaron y cómo esta casa les ha acogido en actos y eventos donde la vida social se ha disfrutado con sus esposas. De hecho, algunas de sus palabras, como que en Castellón no se aprecia lo que vale tener un Casino como el nuestro, con nuestra tradición y solera, las ratifico. Porque, pocas instituciones civiles y apolíticas, apuestan con tanta contundencia por Castellón, como lo hacemos nosotros.
De hecho, esa apuesta por seguir apoyando la ciudad en la cultura, en la sociedad y en la economía, es la principal motivación del otro acontecimiento imprescindible a final de año: la asamblea general y la aprobación de cuentas para 2021. Este año se cierra con una extraña sensación de haberlo pasado en blanco. Aún así, el Casino se ha ofrecido a la ciudad para todo aquello que necesitara en tiempos de pandemia. Y por eso, entendemos este aciago 2020, como una moratoria de lo que esperamos que venga. Pero eso sí, con sensatez, como reclama esta crisis sanitaria y económica que vivimos. Por eso, la asamblea a propuesta de la Junta directiva, con buen criterio, aprobó un presupuesto ajustado, reducido por la incertidumbre de la crisis. Toda la sociedad castellonense está sufriendo gravemente y las entidades culturales y sociales no somos menos. Pero eso sí, aún con restricciones, nuestra voluntad es aportar lo mejor que tenemos y seguir peleando con fuerza para sobrepasar también este obstáculo en el camino.
Sin embargo, esta semana importante para el Casino, nos reservaba una triste e inesperada noticia. Alfredo Pascual, presidente del Casino Antiguo del 76 al 79, nos dejaba. Él tenía en el Casino su segunda casa, acudía a las tertulias del salón de la chimenea, siempre rodeado de amigos, charlando sobre la actualidad o su pasión, los coches antiguos Hombre, culto, atento y educado con el que se podía hablar de cualquier cosa y no dudaba en defender al Casino por encima de todo. Alfredo Pascual era de esas personas que dejan huella y quedará en la mente de todos los que lo conocimos. Porque tiene razón Víctor Küppers, te recordarán por tu forma ser y no por tu currículum.
Hasta siempre amigo Alfredo.